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Desarrollamos distintos sistemas según la necesidad y preferencia del cliente.
A la hora de iniciar una obra de cero, nos encontramos con ciertos desafíos. Obviamente, para dar el primer paso de proyecto necesitamos tener definido un terreno, no sólo para saber cuales son las medidas que tenemos sino también cuál es la orientación y el perfil normativo de la zona a edificar. Todo eso influirá a la hora de esbozar las primeras ideas del proyecto. Una vez definido el mismo, avanzaremos en la cotización de obra. Allí podremos saber cuánto gastaremos en mano de obra y materiales en base al cómputo métrico que obtengamos después de finalizar el proyecto. De esta forma iniciaremos una obra con información valiosa y precisa.
Ahora bien, cuando estamos definiendo el proyecto, debemos tomar una decisión muy importante: ¿Qué sistema estructural elegiremos? Particularmente, con el estudio desarrollamos dos sistemas:
Sistema vía húmeda
Este es el más conocido e implementado, se utiliza mampostería con losas de hormigón armadas in situ y terminación de revoque. Las terminaciones superficiales de revestimientos (porcelanatos y demás) son iguales en ambos sistemas. Las ventajas de esta forma constructiva son los costos y la disponibilidad de mano de obra para ejecutarla, ya que solemos tener menos espera a la hora de inicio de obra. Pero sus desventajas principales son, el tiempo de ejecución que es 3 veces más lento y la suciedad en el proceso es mucho mayor.
Sistema Steel Framing
Este sistema es menos conocido e implementado, pero no por eso menos eficiente. Las principales diferencias se ven en la estructura, la misma consiste en perfilería metálica, forrada con placas de OSB y recubiertas con láminas de Telgopor de alta densidad que finalmente son revocadas con un sistema llamado EIFS, que garantiza una aislación térmica e hidrófuga muy superior a la que alcanzamos con sistema tradicional. Con un muro de 1/3 de espesor alcanzamos las mismas prestaciones. Las principales ventajas de este sistema son: bajo peso (ideal para suelos malos que no tienen resistencia), exactitud de gastos (el cómputo es muy preciso y tiene un margen de error muy bajo) y rapidez constructiva, los plazos se aceleran porque el montaje es mucho más rápido y limpio. Una de sus mayores desventajas es la revalorización del metro cuadrado, tenemos un preconcepto muy arraigado que la construcción en seco de es menor calidad y durabilidad que la tradicional. Por ese motivo, a la hora de comercializar este tipo de edificación puede ser más costoso hacerlo. Otra de sus desventajas es que gran parte de sus materiales se cotizan en relación al dólar, y con la devaluación que hemos sufrido ha elevado mucho su costo.
Sea cual fuera la elección de sistema, poder construir desde cero nos da libertad absoluta de diseñar sin tener que acoplarnos a ningún tipo de estructura existente que pudiera limitarnos.